El síndrome de atrapamiento del nervio pudendo provoca dolor anal y perineal.
Más frecuente en la mujer, este síndrome es poco diagnosticado. Se caracteriza por un dolor tipo neuropático, es decir, acompañado de parestesias, disestesia e hipostesia en la región anal y perineal, más intenso en posición de sentado y que se alivia al levantarse, desapareciendo en decúbito.
Entre las causas de este síndrome se encuentran el traumatismo directo sobre la región (por sillín de bicicleta, sillas de montar o cirugía de la región), el estiramiento del nervio o una episiotomía amplia durante el parto, la prostatitis crónica, inestabilidad sacroilíaca y problemas rectales (estreñimiento crónico, prolapso o incontinencia).
El nervio puede verse atrapado en tres niveles fundamentales: la pinza formada por los ligamentos sacrotuberoso y sacroespinoso (canal infrapiriforme) en el 70% de los casos, el canal de Alcock (20% de casos), formado bajo el músculo elevador del ano, a lo largo de la tuberosidad isquiática,en una vaina de la aponeurosis del músculo obturador interno, y finalmente en el proceso falciforme.
El dolor es, como ya se ha descrito, tipo neuropático, bilateral o unilateral, de carácter lancinante y aparición súbita. Se localiza en el recto, en la región perineal o bien en el clítoris o en el pene. Puede provocar disfunción sexual, al existir hipoestesia y dolor con la erección o eyaculación. También puede presentarse urgencia miccional, dolor con la defecación y estreñimiento. Puede existir incontinecia urinaria y/o fecal.
La forma de presentación más frecuente es el dolor, pero hay casos en los que sólo se muestran las alteraciones funcionales citadas.
Los criterios diagnósticos mayores incluyen:
– dolor en la región inervada por el nervio pudendo
– reproducción del mismo al presionar el tronco del nervio pudendo
– mejoría del dolor a las 12 horas de inyectar lidocaína en puntos del recorrido del nervio.
El diagnóstico diferencial se plantea siempre con el dolor de origen miofascial y con causas orgánicas de atrapamiento del nervio pudendo, como pueden ser los tumores, estreñimiento crónico, endometriosis o varices.
Los estudios neurofisiológicos ayudan al diagnóstico diferencial, estableciendo el nivel lesional y su cronicidad o actividad; destacan:
– estudio de conducción distal del nervio pudendo (latencia motora), mediante el electrodo de St. Mark
– potenciales evocados somestésicos
– electromiografía con aguja de los músculos cavernosos y del esfínter anal externo
– reflejo bulbocavernoso.
El tratamiento ha de comenzar por medidas conservadoras. En primer lugar se tratará el dolor, con antidepresivos, analgésicos o antineuríticos, infiltraciones del canal de Alcock con anestésicos locales y corticoides, medidas de fisioterapia o punción de los puntos gatillo.
La cirugía descompresiva del nervio pudendo puede realizarse por vía transperineal, transglútea o transvaginal/transisquiorrectal. La primera técnica es rápida y ambulatoria. La segunda requiere dos días de hospitalización y la tercera unos tres a cuatro días. Tras la intervención, el nervio requiere un periodo de recuperación que oscila entre semanas y meses, por lo que es aconsejable el seguimiento neurofisiológico para determinar el ritmo de recuperación y plantear reintervenciones.